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Andamios, una medida de seguridad ignorada

Por Madeleyne Aguilar

Pese a que la norma exige seguridad para trabajos en altura, las constructoras no usan andamios por ahorrar costos. La entidad encargada de fiscalizar esas medidas deberían ser las supervisoras de obra.

En el Ministerio de trabajo, la Dirección General de Trabajo – Higiene y Seguridad Ocupacional, provee la norma que regula esas medidas. La Ley Nro. 545, aprobada el 5 de octubre de 2016, en su Artículo 14, se refiere a andamiajes y escaleras de mano.

Se explica que “cuando el trabajo no pueda ejecutarse con plena seguridad desde el suelo o partir del suelo o de una parte de un edificio o de otra estructura permanente, deberá montarse y mantenerse en buen estado un andamiaje seguro y adecuado o recurrirse a cualquier otro medio igualmente seguro y adecuado”.

Además, indica que “a falta de otros medios seguros de acceso a puestos de trabajo en puntos elevados, deberán facilitarse escaleras de mano adecuadas y de buena calidad. Estas deberán afianzarse convenientemente para impedir todo movimiento involuntario”.

Todos los andamiajes y escaleras de mano deberán construirse y utilizarse de conformidad con la legislación nacional. Deberán ser inspeccionados por una persona competente en los casos y momentos prescritos por la legislación nacional.

La norma incluso muestra una clasificación de andamios:

  1. Andamio de madera
  2. Andamio de metal
  3. Andamio mixto

Según su forma de apoyo:

  1. Andamio de apoyo simple: aquel que se encuentra completamente apoyado en el terreno mediante pies derechos como ser (andamio de doble pie derecho, andamio de caballete, torre auto soportante), se subclasifican en:
    1. Andamio de apoyo simple fijo.
    2. Andamio de apoyo simple móvil.
  2. Andamio anclado: aquel que se encuentra apoyado simultáneamente en el terreno mediante pies derechos y en el edificio mediante anclajes.
  3. Andamio en volado: aquel que se encuentra completamente apoyado en el edificio mediante elementos de voladizo.
  4. Andamio Colgante: aquel que se encuentra suspendido del edificio mediante cables (o cuerdas), se subclasifican en:
    1. Andamio colgante fijo
    2. Andamio colgante móvil
  5. Andamio de plataforma auto elevadora, se subclasifican en:
    1. Andamio de plataforma auto elevadora con base fija.
    2. Andamio de plataforma auto elevadora con base móvil.

Según su uso:

  1. Andamio de fachada.
  2. Andamio estructural (combras, sustentación de sistemas constructivos)
  3. Andamio para circulaciones (escaleras, rampas, puentes, peatonales)
  4. Andamio para actos públicos (escenarios, galerías, torres auto soportantes para iluminación, sonido y publicidad, telecomunicaciones)
  5. Andamio de interior (andamio pequeño para terminaciones, limpieza, mantención)

Y finalmente, según el sistema:

  1. Andamio de doble pie derecho
  2. Andamio metálico tubular: i. Con unión tipo grapa ii. Con unión tipo anillo (all round)
  3. Andamio metálico modular (prefabricado)
  4. Andamio colgante
  5. Andamio de plataforma auto elevadora

Además, se considera la carga a soportar y el tipo caballete.

Sin embargo, esas medidas no se cumplen realmente en las obras. “Cuando nosotros nos presentamos a licitaciones públicas el Estado da por hecho que, si son obras altas, vamos a necesitar todo un proceso de seguridad industrial, andamios, pedir permisos y demás, pero las empresas que construyen no cumplen con eso porque la supervisión no verifica esas condiciones”, indica el ingeniero Osvaldo Arce.

Denuncia que ellos nos controlan, debido a tratos internos que se hacen con la constructora. “Hay una fea costumbre que si se toma una obra pública se tendrá que pagar una especie de diezmo y para librarse de esa paga no cumplen algunas cosas”, detalla.

Así las constructoras incumplen también, por ejemplo, los pagos de beneficios sociales a sus obreros, a pesar que el mismo Estado les ha dado ese dinero, en el caso de obras públicas.

En el caso de las empresas y obras privadas, el problema parece surgir cuando se piden rebajas. “Para asumir esa pérdida le restan a la seguridad y ni la línea de vida, no hay andamio vertical, ni horizontal, ni cinturones de seguridad. Prácticamente, arman estructuras con maderitas y sin ningún control”, relata Arce.

La ley indica que hay responsabilidad para la parte del contratante y por parte de la empresa contratada. Los andamios y otras medidas de seguridad deberían implementarse cuando se realiza trabajos altos.

Normas de seguridad para el obrero y obras

El arquitecto Jonathan Cano recalca la importancia de esas medidas de seguridad. “El andamiaje es uno más de los muchos medios que se da al trabajador para poder realizar cierto trabajo y creo que en construcciones de envergadura sí se alcanza a dotar de cierto equipo para sujetarse, arneses, cascos y demás que permiten tener y desarrollarlo”, rescata.

Señala que incluso hay cursos y diplomados de seguridad en la construcción que idóneamente debería implementarse. “La empresa constructora debe asegurar a sus trabajadores y en función a esto también dotar de escaleras de mano, arneses, overoles, cascos lentes y sombreros, etc. para un correcto desarrollo”, dice.

Reconoce que aquello implica un gasto y es eludido mayormente. El 90 % de construcciones y refacciones son de manera particular y precaria.

Cano explica que obras como pintar fachadas completas de edificios, en las que se necesitaría un andamiaje seguro, usualmente no cumple.

“Existe una normativa y reglamento de seguridad en la construcción. Sin embargo, no es de pleno conocimiento de todos. Tampoco es implementado en las universidades para que los mismos profesionales de la construcción sepan aplicarla y dotar obligatoriamente de ciertos recursos para ese tipo de labores por seguridad de los obreros”, remarca el arquitecto y recomienda implementar programas para darla a conocer en plenitud.

Respecto a la fiscalización, recalca que debería haber un ente de prevención en la construcción que controle la seguridad del obrero y que también pueda recibir denuncias. Actualmente los que controlan son los mismos profesionales con cierta capacitación adicional.

“Llegan a supervisar y validar el uso de ciertas normas de seguridad en la construcción, como consultores o supervisión. Efímeramente prestan servicios y son contratados, aún es poco organizado”, comenta el profesional.

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