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Chuquisaca cierra un año “duro” para el sector de la construcción y encara el 2020 con incertidumbre

Los cambios políticos y la falta de inversión en la capital, son factores que preocupan a los representantes de las instituciones más representativas del rubro, de cara al 2020.

Son varios años en los que nuestra economía no ha crecido en los niveles que estaban previstos y que estaba creciendo en años anteriores”, dice Gastón Serrano Carvajal, miembro del directorio de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, como contextualización al fenómeno de recesión que vive el sector de la construcción desde hace ya varios años.

“Esto es fruto de una serie de medidas económicas que han afectado a varios sectores en cuanto a la inversión pública”, agrega Serrano, quien también es presidente de la Cámara de la Construcción de Chuquisaca (Cadeco).

Lo cierto es que Chuquisaca, al igual que Tarija y Potosí, depende de la inversión pública para la realización de grandes obras civiles, ya que la economía privada no es lo suficientemente fuerte como para impulsar grandes proyectos, a diferencia de Santa Cruz u otras ciudades del eje central.

El panorama en 2019 fue “difícil”, según describe el representante de la Cadeco, ya que los niveles de ejecución fueron de por sí bajos, a lo que se suma la coyuntura política y social del país, haciendo que el cierre de la gestión sea deficitario en cuanto al nivel de crecimiento que tenían proyectado para este año.

Más allá de los cambios políticos que se puedan dan en el país, Serrano cree que las asignaciones para inversión pública continuarán siendo las mismas, ya que según argumenta, las necesidades de una nación siempre van en aumento. “Tendría que mantenerse entre un 4% o 5%”, dice respecto a la asignación presupuestaria del departamento respecto a la inversión pública, aunque no tiene certeza de que esto vaya a ser así.

Un cambio de políticas

La política, sin duda alguna, está más presente que nunca en el país, y los empresarios de la construcción miran con atención los cambios que se van dando. Hablar del futuro, es hablar de política.

Albaro Churruarrín, presidente del Colegio de Ingenieros de Chuquisaca, es más optimista respecto a la coyuntura. “Más que un cambio de gobierno, un cambio de políticas”, dice respecto a sus expectativas para 2020, año en el que el país elegirá a nuevas autoridades, las cuales espera que destinen más fondos para la inversión pública.

El representante del CIC enfatiza en que la disminución en los recursos percibidos por concepto de la distribución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos- IDH-, fue uno de los factores determinantes en la disminución de obras en el departamento en los últimos años, algo que sin duda alguna afectó a todos los departamentos productores de recursos no renovables.

“Esto ha derivado en que varios socios tengan que migrar a lugares en los que hay inversión privada”, asegura.

Pese a los desafíos de la gestión y a la incertidumbre con la que llega este próximo 2020, Churruarrín espera que el año entrante puedan hacer más obras de impacto, como tratamiento de aguas residuales y otras obras sanitarias, en lugar de canchas de fútbol “de cuerdo a criterios populistas”, según expresó.

La implementación de normativas de la construcción que se adapten a las características de cada región del país y a la situación del país, como la guía de geotecnia es también un eje de trabajo en el que la institución busca hacer foco para la próxima gestión.

Capacitación y normas que apoyen al sector, son los lineamientos bajo los que busca trabajar en los próximos 12 meses el Colegio de Arquitectos de Chuquisaca, a la cabeza del arquitecto Paul Guillermo Poveda Díaz.

Workshops y posgrados avalados por diferentes universidades estatales forman parte del plan de acción de la institución. “Tenemos un convenio vigente con la Universidad René Gabriel Moreno, para el lanzamiento de algunos posgrados”, acota el arquitecto. Por su parte, a principios de año se lanzará la maestría en gerencia de la construcción y gestión ambiental, con la Universidad José Ballivián, en el Beni.

El arquitecto también asegura que buscan trabajar más de cerca con las instituciones públicas, para ayudar a desburocratizar los trámites que forman parte del quehacer del arquitecto.

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