La nueva Terminal de Buses, el Distribuidor Vial de Tintamayu y el Centro Cultural La Sombrerería, son los tres principales proyectos que se construyen en Sucre.
En medio de la crisis que golpea al sector de la cons trucción, especialmente en el sur del país, proyectos de impacto surgen como unagota de agua en medio del desierto para los empresarios del sector.
Pese a ser uno de los rubros más dinámicos de la economía chuquisaqueña, el sector de la construcción, al igual que otros, afronta una desaceleración económica ante la disminución de los recursos designados para inversión pública.
“Empezamos con una participación aproximada del 8% en los recursos del Estado, y ahora tenemos una asignación que varía entre el 4.4% y el 5%”, explica Gastón Serrano, presidente de la Cámara de la Construcción de Chuquisaca, respecto a las cifras que se traducen en menos proyectos para el departamento.
“Hace mucho que no tenemos obras de impacto”, lamentó por su parte María Teresa Dálenz Zapata, presidenta de la Federación de Empresarios Privados de Chuquisaca, enfatizando en que el rubro de la construcción es el que mayor efecto multiplicador tiene y más progreso trae a las urbes.
Sucre está concretando sueños que, según Serrano, se proyectaron hace 10 o 20 décadas atrás. El aeropuerto Juana Azurduy de Padilla y la diagonal Jaime Mendoza, a la cual aún le falta el tramo denominado ‘Salto Monteagudo’, son algunos de ellos. Las obras son fruto del anhelo constante y reivindican aquel pasado que las gestó, pero aun así, el futuro del sector civil es incierto.
Nuevas obras
Más allá del complejo panorama económico, importantes proyectos garantizan trabajo para los próximos dos años. El Centro Cultural la Sombrerería, la Terminal de buses y el distribuidor vial de Tintamayu, son algunos de ellos.
Con un presupuesto de Bs. 50 millones, el distribuidor promete ser un punto de desahogo para el tráfico vehicular, así como una ruta de conexión hacia diferentes puntos de la ciudad.
Se trata de una obra civil de cuatro niveles, con dos carriles de ida, dos de vuelta y dos vías laterales. Además, el proyecto tiene previstos espacios destinados para el tránsito de ciclistas y peatones. Pese a la polémica respecto a la maqueta presentada y el diseño final del proyecto, los ciudadanos esperan que la obra cumpla con el fin para el que está siendo creada: aliviar el tráfico.
Otro de los proyectos cumbre de este 2019 es el Centro Cultural La Sombrerería, cuya entrega final está prevista para agosto. El proyecto tuvo un presupuesto de Bs. 90 millones, los cuales fueron destinados a la creación de diferentes espacios para el arte, cultura y recreación, rescatando uno de los lugares más representativos de Sucre.
“La apuesta de Sucre es por el turismo, y este proyecto refuerza sus atractivos”, expresó Serrano, quien se encuentra a cargo de la construcción de la fase final.
Por su parte, para María Teresa Dálenz, la obra es prometedora y generará mayor movimiento cultural en la capital.
El espacio de 6.000 metros cuadrados construidos consta de teatros, cines, un museo dedicado a la antigua sombrerería, patio de comida, salas de equipadas con cocinas para cursos de gastronomía, sala de ensayo para danzas, una terraza mirador y estacionamiento, entre otros atractivos.
El centro está edificado a dos cuadras de la plaza 25 de mayo, en los predios en los que otrora funcionaba la sombrerería Charcas Glorieta, los cuales pasaron a manos del Ministerio de Gobierno tras el cierre de la fábrica.
Finalmente, pero no por ello menos importante, la nueva Terminal de Buses de Sucre se posiciona como el tercer proyecto de mayor impacto en la capital, ante el evidente colapso de la avejentada terminal.
Con un presupuesto de más de Bs. 100 millones la obra busca satisfacer la demanda del transporte provincial e interdepartamental, con 65 carriles.
La doble vía Alcantarí- Yamparáez y la avenida Circunvalación son otras obras que están a la espera de licitación y en etapa de proyección respectivamente. Para la representante de los empresarios privados, no hay duda de que ambas obras servirán para reactivar la cadena que depende de la construcción, pero para ello, lo más importante es que las empresas constructoras locales sean las beneficiadas con las obras que se realicen en el departamento; no como ocurrió con el aeropuerto de Sucre, el cual fue construido por empresas de otros departamentos.