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Tarija espera la reactivación de la construcción

El rubro de la construcción tarijeña pasa por la peor crisis de los últimos años, debido a la baja inversión pública y a los efectos de la pandemia del Covid-19, que han impactado negativamente al sector.

Desde el sur del país, el sector de la construcción integrada por la Cámara de la Construcción, la Sociedad de Ingenieros Civiles, constructores y volqueteros, realizan un análisis exhautivo del momento que están atravesando.

La realidad del sector de la construcción en la ciudad de Tarija, atraviesa su momento crítico, las entidades del gobierno departamental y las alcaldías adeudan a las empresas constructoras alrededor de 700 millones de bolivianos. “Muchas de estas deudas vienen arrastrándose por más 5 años atrás. Esta situación afecta de manera directa a más de 16 rubros que están ligados a la construcción, como ser albañiles, ayudantes plomeros, eléctricos, volqueteros, etc.”, asegura Pascual Velásquez Osorio, presidente de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB Tarija).

Por su lado para Marcelo Romero Llanos, presidente de la Federación de Empresarios Privados y past presidente de la Cámara de la Construcción de Tarija, el estado actual en el que se encuentra el sector constructor en el departamento es muy delicado. “Debido a la fuerte contracción de la economía tarijeña, de tener una cantidad de recursos económicos provenientes de los buenos precios de los recursos hidrocarburos, hoy en día, tenemos una recesión económica que data ya de seis años atrás”, afirma.

Durante el inicio de la pandemia del Covid-19, el sector ha paralizado sus actividades económicas cerca de 100 días, debido a la cuarentena y el encapsulamiento decretado por el Gobierno Nacional de entonces, junto al Gobierno Departamental de Tarija.

Antes de la pandemia la crisis en el sector ya era complicada. “Con la llegada de la misma nos puso en un estado catastrófico. Creo que en Tarija el sector más afectado por la pandemia sin duda alguna fue el sector de la construcción”, asevera Pascual Velásquez.

Tarija desde el año 2018 empezó una recesión económica que terminó con el crecimiento positivo que tuvo el sector constructor en los últimos 20 años, hasta llegar en época de pandemia a tener absolutamente todo paralizado. “Hoy en día encontramos proyectos de diferentes instituciones que hasta la fecha no pudieron ser reactivados y que dejan una gran necesidad de nuestro departamento sin ser resuelta”, analiza Marcelo Romero.

Los proyectos más importantes

Actualmente existen empresas de la construcción que trabajan en obras públicas del Estado, también se encuentran varias empresas que se dedican al rubro privado, a la construcción de condominios, departamentos y viviendas.

En etapa de construcción y de finalización actualmente se tiene: el Hospital Oncológico, el Hospital Materno Infantil, la construcción del Sistema de Riego Guadalquivir – Cenavit – Calmuchita – Colón, que regará un aproximado de 3.400 hectáreas y un promedio de 1.600 familias serán beneficiadas. “También hay algunas represas y obras pequeñas de escuelas del programa UPRE, riego y agua potable de las entidades estatales del FPS, para destacar entre otras”, puntualiza Pascual Velásquez.

Sin duda los proyectos de mayor impacto que se encuentran en construcción actualmente son “la planta de tratamiento de aguas residuales de San Blas, el Puente Vehicular 4 de Julio, la doble Vía Yacuiba – Campo pajoso, el Hospital Materno Infantil, el Hospital Oncológico y el tramo carretero al Chaco en el tramo Isiri – la central que actualmente lleva paralizado más de cuatro años, todas estas obras son necesarias que se concluyan por su importancia y necesidad”, resume Marcelo Romero.

Retos y perspectivas para esta industria

Dentro de la visión de la construcción existe una de las principales metas que es de encontrar un equilibrio entre las autoridades nacionales y departamentales que ayuden a generar inversión en el sector y no dejen morir la economía de Tarija que ya viene malograda por los bajos precios de los recursos hidrocarburíferos que son la fuente principal de generación de recursos para la inversión pública en el departamento. “Dentro de los retos más sobresalientes que tenemos en el sector constructor, es poder iniciar la aplicación de las alianzas públicas-privadas que nos ayuden a salir de la dependencia de los recursos del Estado, solo requerimos de espacios para poder desempeñar toda nuestra experiencia en favor de la sociedad generando la mayor cantidad de fuentes de trabajo”, propone Marcelo Romero.

Aunque la realidad es muy crítica para el sector, donde muchas empresas están entrando en la quiebra por la falta de pago, otras empresas están cerrando por falta de licitación de nuevas obras. “De acuerdo a las proyecciones por parte de nuestros gobernantes no se tiene muchas esperanzas debido a que no existe una planificación a largo plazo sobre la inversión pública, todas las acciones se las hace para salir del paso en la gestión que les corresponde”, finaliza Pascual Velásquez.

De acuerdo a lo manifestado por la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco), el sector permaneció 11 meses pidiendo el pago de deudas, que se inyecten recursos para reactivar la economía y que se traspasen los fondos a los municipios con el propósito de que honren sus deudas con los constructores.

Actualmente el sector trabaja en reactivar la construcción en el área privada con la construcción de condominios, casas unifamiliares, etc.

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